Hoy visitaremos la Fuente del Francés, un entorno natural lleno de cascadas, pozas de agua y lugares ligados al abandono, pero llenos de magia y belleza.
Prepárate para disfrutar en familia, o solo, de este formidable espacio natural donde tu compañero de andanzas será el río Aguanaz.
Si te gustan los paseos o las rutas en las que puedas disfrutar del sonido de las aguas de un río, te recomiendo que también te pases por esta entrada con otra senda perfecta para disfrutar, en este caso, de la compañía del río Pas.
Vamos allá.
INDICE DE CONTENIDO
LOCALIZACIÓN E HISTORIA DE LA FUENTE DEL FRANCÉS.
La Fuente del francés es el entorno natural ubicado en la localidad de Hoznayo a escasos 20 kilómetros de Santander.
Es una ruta de aproximadamente 2 kilómetros que podréis alargar o acortar a vuestro gusto. Más bien, estamos ante un paseo que conforma este nombre debido, a que cuenta una leyenda que a este lugar llegó un abate de origen francés huyendo de la Revolución Francesa.
Este hombre fue el primero en descubrir el poder curativo y medicinal de las aguas que bañan este lugar, pues cuentan, que recuperó la vista lavándose la cara con ellas.
Lo cierto es, que se desconoce con exactitud si este buen hombre existió o no, pero que las aguas de hoznayo fueron muy famosas a nivel medicinal y alimentario en la comunidad, es una realidad.
QUE VEREMOS DURANTE NUESTRA VISITA.
FUENTE Y GRUTA DEL FRANCÉS.
La Fuente del Francés es a lo que se denomina todo el conjunto natural que rodea este enclave situado en Hoznayo.
Este nombre viene como consecuencia de la leyenda de un abate francés, que huyendo de la revolución francesa, terminó en este lugar escondido.
El clérigo terminó descubriendo que las aguas que utilizaba en este retiro tenían un poder “curativo” pues le curaron de sus problemas de vista. Al final este descubrimiento le llevó a entender todos los beneficos que generaban dichas aguas sobre enfermedades como el estómago, el intestino o la vejiga.
La Cueva o Gruta del Francés es un acceso por roca que desemboca en uno de los lugares más bonitos de este entorno donde el río Aguanaz ha ido horadando la piedra hasta generar un agujero (gruta) por la que discurre con fuerza. Dicen que aquí fue donde vivió el abate francés.
Si estáis dispuestos a vivir esta “aventura” y tenéis unas linternas en vuestra mochila, podréis acceder por este acceso cavernoso. Si bien, podría ser posible que os encontrareis el lugar cerrado dado que la caverna es de propiedad privada y tiene una puerta metálica.
ANTIGUO MOLINO.
Caminando hacia la Fuente del Francés ya podréis divisar un edificio de piedra derruido y envuelto en vegetación.
Una vez ya a los pies del río, comprobareis que este edificio era un antiguo molino del que sólo quedan sus muros. Podréis acceder a través de un hueco a su interior pero tened cuidado porque hay mucha la vegetación y si no andáis con cuidado podíais caer por los huecos que tiene la estructura.
EL RÍO AGUANAZ.
El Río Aguanaz es un curso fluvial que desde su nacimiento, en la Fuente Aguanaz, hasta su afluencia en el Río Miera, del cual es tributario, recorre 11,7 kilómetros.
Atraviesa Entrambasaguas, Hoznayo y Valverde de Pontones, entre otros lugares.
Será tu compañero en esta ruta o paseo y el verdadero protagonista de la historia del abate francés.
ANTIGUO BALNEARIO.
Como todo en la vida, siempre hay alguien que toma la iniciativa y en el caso de las aguas curativas de la Fuente del Francés, fue a finales de 1870 cuando Genaro Cagigal Toca crea un complejo termal en la zona para curar, descansar y para el ocio que disponía de varios edificios.
Lo más importante fue el Balneario que iba paralelo al río y que tenía tres plantas perfectamente organizadas para el bienestar de los clientes.
También se construyó El Hotel Suizo, situado a escasos 50 metros del balneario que fue uno de los más reconocidos de la época debido a sus excelentes instalaciones y elementos.
ANTIGUA EMBOTELLADORA DE AGUAS DE HOZNAYO.
Tras el balneario, y como las aguas seguían siendo curativas el Doctor Morales construye una planta de embotellamiento y crea “Aguas de Hoznayo”. Inicialmente fueron vendidas en farmacias pero debido a su exito terminaron siendo embotelladas para consumo habitual y en muchos hogares cantabros fue consumida.
En 1980 se cerraron las instalaciones y la planta y el resto del complejo quedo abandonado y así sigue hasta el día de hoy en aún que pueden verse las ruinas de la planta de embotellado y del balneario.
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Iati segurosCOMO LLEGAR Y DÓNDE APARCAR.
Para llegar al entorno de la Fuente del francés, tendrás que llegar recorrer la A-8 hasta tomar la salida Solares/Estrambasaguas/Hoznayo (197).
LLegarás a una rotonda que indica Aguas de Hoznayo, sigue por aquí hasta que termines donde aparece la señal que pone Fuente del Francés.
Nosotros aparcamos justo al lado de esta señal. Pegados al muro de una vivienda aledaña. Preguntamos a un lugareño, por si acaso estuviéramos haciendo lo incorrecto, y nos dijo que no había problema.
RECOMENDACIONES.
Este enclave es apto para ser visitado por niños, mascotas, adultos… si bien, como en todo, con un mínimo de recomendaciones lógicas debéis contar.
Si vais a acceder a la cueva, tendréis que meter en vuestra mochila linternas y/o frontales. Realmente no se ve NADA por lo que necesitareis algo con buena luz. Yo no recomiendo solo utilizar el móvil.
Cada uno se responsabiliza de sus hijos y de sus actos, pero desde aquí, mi recomendación es que el acceso a la cueva no es recomendable para niños muy pequeños.
Daros cuenta que hay un mínimo desnivel, escaleras al final de la gruta y el suelo está humedecido por el vahó y la humedad. Obviamente si se tiene miedo a la oscuridad o a sitios cerrados está por descontado que será algo que tendréis que evitar.
Para niños más mayores será una aventura, no me cabe duda.
Todo esto lleva a la necesidad de utilizar un calzado adecuado siempre que salgamos a dar un paseo o vayamos de ruta por la naturaleza.
El bastón, será un excelente apoyo. Nosotros nunca salimos sin nuestros bastones.
En la embotelladora abandonada de Aguas de Hoznayo tened cuidado por donde pisáis. Hay algún cristal por el suelo (vigilad a vuestros peludos) y aunque no tiene ningún problema, nunca está de más entender que es un edificio abandonado y eso entraña tener un mínimo de cuidado. Lo mismo con el balneario.
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