OÑA: Lugar de descanso de reyes.

En la entrada de esta semana os presentamos un lugar lleno de misticismo e historia: la Villa de Oña.

Esta villa está íntimamente ligada a los orígenes de la primitiva Castilla y se emplazó a orillas del río Oca que transita por sus márgenes.

Oña forma parte de la comarca de Las Merindades. Por cierto, ¿leíste esta entrada sobre la primera ruta que hice en la comarca de las Merindades?

Un poco de historia.

En el año 950 D. Fernán González concedió fueros a la villa y Sancho García, conde de Castilla, otorgó a Oña rango condal fundando allí un señorío para su hija.

En el año 1033 el rey Sancho el Mayor de Pamplona impulsa la reforma del infantado en monasterio benedictino que terminará convirtiéndose en el más poderoso de Castilla.

El Cid lleva a Oña el cuerpo de Sancho II para enterrar en el monasterio de San Salvador lo que le convierte en el Primer Panteón Real de Castilla.

De paseo por la villa de oña.

La Villa de Oña se recorre fácilmente. No te llevará más de dos horas y media visitar los lugares más emblemáticos del lugar, si bien, aunque ya sabes que este tiempo se puede alargar en base a lo que estimes en cada parada que te proponemos, ¿nos acompañas?.

La Iglesia Abacial y el Monasterio de San Salvador.

Sin lugar a dudas, la joya de Oña es su monasterio y su iglesia Abacial, personalmente es uno de los monasterios más bellos que he visitado (vamos, que está en mi Top de monasterios), aunque ya sabéis que para gustos…

El acceso al recinto se encuentra tras subir su escalinata. Pero antes, breve parada para hablar de la figura de Fray Pedro Ponce de León, cuya estatua está custodiando la entrada del monasterio.

Fray Pedro Ponce de León fue un monje benedictino cuya tarea fundamental fue la de ser instructor de personas sordas y fue un pionero en la educación de las mismas, lo que le llevó a convertirse en el precursor de la Educación Especial.

Su origen no está muy claro, aunque ciertos historiadores presumen que nació entre el 1508 y 1512 en León.

En 1536 llega al monasterio de Oña en donde permanecerá definitivamente hasta su muerte en 1584.

Creo que era importante reseñar a esta figura antes de continuar dado la labor tan importante que realizó y que parece que ha quedado en el olvido.

El Monasterio de Oña.

Fue fundado en 1011 por el conde de Castilla Sancho García, para su hija Tigridia, con monjas procedentes del de San Juan de Cillaperlata, y monjes del de San Salvador de Loberuela.

En este complejo, destaca su fachada principal de estilo renacentista, aunque levantada en el siglo XVII y adornada con esculturas que representan a los Condes y Reyes fundadores.

Igualmente, están representadas los escudos heráldicos de los cuatro reinos de España.

La Iglesia Abacial.

En la fachada de la Iglesia Abacial, destaca el pórtico de entrada . Su arco es típico de los albores del románico. Esto también estará presente en la mayoría de los capiteles de la iglesia y en alguna ventana.

El acceso a esta abadía es a través de la puerta enrejada previa subida de la escalinata. Ya nada más cruzar por esta puerta puedes notar lo poderosa que fue en su época.

Tras adquirir la entrada puedes descargarte la audio guía en el móvil, lo que hace muy cómoda su visita.

No está permitido el uso de cámara fotográfica o vídeo en el interior a excepción de la zona del claustro.

El techo de la iglesia está realizado en estilo gótico, con una bóveda de crucería decorada con frescos hispanoflamencos que llega a alcanzar los 18 metros de altura.

Esta iglesia posee una amplia colección de retablos, pinturas y murales que han ido aparecido y elementos escultóricos. Así mismo, en el crucero no podéis pasar de admirar el espectacular órgano que tiene más de 1100 tubos.

Pero al final, el elemento más singular es la capilla mayor; un tesoro de este templo que está decorado con un grandioso retablo barroco y la capilla de San Iñigo, donde reposan los restos de este santo, que fue abad de esta cenobio.

En el Panteón Real y en el Condal, se encuentran nueve ataúdes. Se trata de una estructura de estilo gótico mudéjar y parece que fue tallada por los monjes de la abadía.

Aquí se guardan los restos de Sancho II (el rey del Cid), Sancho III y su esposa y el Infante García hijo de Alfonso VII.

Por su parte, en el Panteón Condal, reposan D. Sancho García, fundador del Monasterio, su esposa y el hijo de ambos, y los infantes D. Alfonso y D. Enrique hijos de Sancho IV (como comprobareis el nombre de Sancho estaba muy demandado en la época)

El Claustro

El siguiente elemento de la visita es el claustro. El actual es gótico, que sustituyó a uno anterior románico del que poco se conoce.

El Cronicón de Oña

Desde hace varios años, en el mes de Agosto, el monasterio se convierte en un espacio dedicado a la escena. Es aquí donde se representa el Cronicón de Oña.

Los vecinos personifican los hechos históricos relacionados con los fundadores del monasterio de manera totalmente documentada y fidedigna.

Este espectáculo narra los sucesos que llevaron a la fundación de Castilla como reino independiente a través de importantes personajes históricos; algunos de los cuales reposan en el propio panteón.

Casco histórico de Oña.

Caminar por Oña es visitar el medievo.

No cabe duda de que estás en una villa medieval, sus plazas, sus casas, sus callejones… cada paso que vas dando te acerca más a esa época de nobles caballeros, del Cid, de reyes y reinas…

Su casco histórico es pequeño por lo que le recorrerás en poco tiempo, y algunas de sus calles son peatonales, lo que lo hace fácilmente transitable y sin peligro, para que los más pequeños puedan caminar con libertad.

Como madrugamos, pudimos recorrer sus calles prácticamente en soledad, lo que nos permitió profundizar más en cada detalle que se nos iba presentando mientras descubríamos la villa.

La iglesia y Torre de San Juan: Museo de resina.

Oña tiene otra iglesia, la Iglesia parroquial de San Juan que se encuentra en una amplia plaza conocida como la Plaza del Ayuntamiento.

Su portada es gótica con dos accesos y está enmarcada en un atrio de entrada, la verdad que es realmente hermosa a pesar de estar eclipsada por la figura del monasterio.

Fue construida entre los siglos XII y XVI y, junto a ella, se encuentra la torre de San Juan y el Ayuntamiento.

No pudimos entrar a visitarla porque se encontraba cerrada.

Lo que sí pudimos conocer fue La Torre de San Juan que alberga un museo dedicado a la resina.

Es un museo que se ve en un ratito. A través de las plantas de las torre y varios paneles informativos, te van contando desde como se extrae la resina hasta cuales son sus usos, las herramientas utilizadas…

En la última planta tiene un mirador desde donde tendrás una buena panorámica del entorno.

La verdad que fue una visita interesante, puesto que son oficios que se van perdiendo y es importante darles el valor que se merecen con este homenaje.

Como llegar a Oña.

Para llegar a Oña tendrás que seguir la N-232 que atraviesa la localidad y que comunica con Burgos, Logroño, Santander, Vitoria y Miranda del Ebro.

Una vez llegáis a la villa, hay habilitados varios parking para que aparquéis el coche sin mayor dificultad. Estos parking se encuentran fuera del casco histórico y su ubicación está cruzando el río.

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¿Qué os ha parecido Oña?. Contadnos en comentarios vuestra experiencia si ya la habíais visitado.

Gracias por estar ahí.